Para un instante.
Toma un minuto para respirar, para honrar tu práctica, tu cuerpo, y el momento en el que te encuentras. Ya es todo perfecto en este preciso instante. Toma una respiración profunda.
Ábrete a la Gracia... más allá de la técnica, del conocimiento, de la ejecución ¿qué hay?
Suaviza tu corazón ante la plenitud de estar aquí y ahora abiertx a las sensaciones de la experiencia.
El cuerpo interior crea espacios, el pecho se expande de manera natural dando su lugar al corazón... brilla. El cuerpo externo se relaja y suaviza y sientes... estás en el flujo. La gravedad hace que tu cuerpo se enraíce de manera natural como si la Madre te atrajera hacia sí en un suave abrazo. Entonces estás preparadx para ir más allá y encontrarlo de nuevo.
Búscalo en la postura más sencilla, y en la más avanzada, porque no hay más detrás de todo lo que haces que entrar en la experiencia de ser: entra en la experiencia de la postura, entra en las experiencias de tu día a día desde la sencillez y humildad de uno mismo.
Sólo así siento que estoy dentro de Yoga.