Tu vives siempre en tus actos,
Con la punta de tus dedos
pulsas el mundo, le arrancas
auroras, triunfos, colores,
alegrías: es tu música.
La vida, es lo que tu tocas.
Este precioso poema de Pedro Salinas es uno de mis favoritos, pues siento que expresa el primer principio de Anusara Yoga... Abrirse a la Gracia.
Gracia es la luz de la conciencia, ese momento de "darse cuenta", el instante de revelación o reconocimiento pratyabhijna.
La doctrina del Pratyabhijñâ, percepción directa del Ser por medio del reconocimiento, es una de las joyas de la filosofía del Shaivismo Cachemir. Considerando plenamente el Ser de Dios simultáneamente como el Ser interior de todos y como el Ser inmutable, reconoce a la vez el aspecto inmanente y el trascendente de lo Absoluto.
Abrirse a la Gracia, es abrirse con valentía a toda la gama de sensaciones, emociones, sabores, formas y colores que dan forma a la existencia. Esta apertura y receptividad en el corazón permite un diálogo con la vida, la rasa lila, el juego de sabores de la existencia. Abrirse a ese juego de ocultamiento y revelación, donde la Gracia, la luz de la conciencia puede acariciarnos, es estar en el flujo, seguir al corazón, fluir con la gracia: es ANUSARA.